Cinco simples medidas para protegerte del crimen online de la pandemia

No es secreto para nadie que el Covid-19 está menguando no solo a las personas sino también la economía. Los analistas económicos vienen pronosticando dificultades financieras y recesión para los próximos meses, y ya son varios los países que están experimentando las consecuencias de la pausa forzada a las actividades cotidianas. La orden de aislamiento en Perú, por ejemplo, causó una precipitosa caída de 40 por ciento en el Producto Bruto Interno de ese país en el mes de abril, mientras que, en los Estados Unidos, más de 40 millones de personas han solicitado formalmente la ayuda que el gobierno brinda a los desempleados. No necesitas un doctorado en economía para darte cuenta que la situación va a estar difícil durante los próximos meses.

Aunque hay un riesgo mayor y pocos hablan de él: los crímenes vía Internet. Conforme las empresas digitalizan sus operaciones y las personas empiezan a trabajar y comprar desde casa, los ciberataques también han experimentado un franco aumento. Es importante entender cuáles son los riesgos para poder proteger tus finanzas, y escribí este artículo para ayudarte a iniciar con buen pie.

Los posibles riesgos

Primero, identifiquemos los riesgos. Los criminales informáticos quieren dos cosas: o bien tu dinero o bien información valiosa que les pueda ayudar a obtener dinero. Para ambos casos, necesitan acceder a tus cuentas. Es mucho más rápido y seguro robar un par de claves que funcionen que intentar vulnerar la seguridad de un servidor de Internet correctamente protegido.

Los delincuentes informáticos tienen dos maneras de obtener esa valiosa información: pueden o bien engañarte para que se las des, o bien copiar la información que escribes en tu computadora o móvil. Al primer método se le conoce como «phishing», mientras que el segundo utiliza un software espía especial llamado «keylogger».

Cómo protegerte

Ahora que sabes qué desean encontrar, protegerte es sencillo. Inicia con estos pasos:

Usa más de un navegador

Usa un navegador distinto específicamente para entrar a sitios web que tienen que ver con dinero. Sí, tan sencillo como se lee. Así, si en cualquier momento entras a un sitio web infectado y, sin saberlo, descargas un spyware, el ladrón no podrá acceder a ninguna información sobre tu dinero, pues estará en otro lado.

Este consejo también aplica para las páginas web con las que trabajas. Al usar un navegador adicional exclusivamente para tu trabajo a distancia te ahorras problemas. ¿Imaginas qué pasaría si alguien hackea a un abogado fiscal mientras utiliza su software de deuda fiscal favorito? ¡Podría ser desastroso para sus clientes! Del mismo modo, hackearte podría ser tremendamente dañino para tu negocio (¡o el de tu jefe!). Gánales. Incluso si tu trabajo no llega a ese nivel de información sensible, es mejor prevenir que lamentar.

Ahora, para algunos, la idea de usar un navegador distinto para cada actividad podría parecerles demasiado. Hay una alternativa: los contenedores de Firefox. Cada contenedor aísla un grupo de páginas web de las otras, tal como si las estuvieses abriendo desde otro navegador.

Limpia tu navegador con frecuencia

Limpiar el navegador es un hábito saludable que yo hago al menos una vez por semana. No limpies tu historial de navegación o descargas, si no deseas, pero sí asegúrate de limpiar las cookies y los archivos del caché con frecuencia. Eso eliminará cualquier archivo «travieso» que hayas podido descargar durante los días anteriores.

También usa un correo electrónico aparte

Por la misma razón que lo anterior, si usas una cuenta de correo electrónico para tu comunicación habitual, entonces usa otra exclusivamente para tus comunicaciones financieras y manténla secreta. Así, si alguna vez tu cuenta principal resulta hackeada, no habrá ningún dato económico sobre ti para extraer de allí.

Escribe las URLs importantes y agrégalas a tus marcadores

La gran mayoría de ataques de «phishing» (aquellos que intentan robar tus claves) llegarán por correo electrónico, mensajero instantáneo, mensaje de texto o actualizaciones en redes sociales. Nunca accedas a los sitios web de tus cuentas bancarias haciendo clic en un enlace. Es mejor abrir el otro navegador y escribir la dirección tú mismo (o cargar la página desde tus marcadores). A menudo la diferencia entre la URL original y la falsa será solo de una letra. Podrías no notarla. El simple hecho de no dar clic a los enlaces es la mejor defensa contra esos ataques.

Instala buen software

Aunque el principal riesgo de adquirir «keyloggers» está en el software pirata que descargas de Internet, la verdad es que las aplicaciones para celular no son siempre tan confiables como parece. Por ejemplo, hace algunos años, descargué un lindo teclado alternativo para mi teléfono. Grande fue mi sorpresa, un par de semanas después, de notar que ese teclado estaba transmitiendo información a Internet. ¿Por qué? No lo sé. ¿Qué información?, ¿lo que estaba escribiendo? Tampoco sé, así que simplemente la borré. Lo más probable es que nunca sepa qué estaba transmitiendo o a quién.

Como esa, hay varias aplicaciones móviles que piden permisos que no necesitan para funcionar. Dale una buena mirada a esos permisos porque podrías encontrar cosas que no deberían estar ahí; por ejemplo, apps que quieren saber dónde estás o acceder a tu cámara sin motivo específico. Bloquea esos permisos innecesarios. Es importante porque los permisos de las aplicaciones móviles son permisos abiertos. Si autorizas a una aplicación a usar tu micrófono, podrá hacerlo cuando quiera, y no necesariamente cuando estás usando esa aplicación. ¡No hay forma de restringirlo! (Al menos no hoy, que estoy escribiendo esto.) Siempre trata a los permisos innecesarios como un posible problema de seguridad. No los otorgues a la ligera.